¡Feliz inicio del año!
Con la llegada de enero y los propósitos de una vida más saludable iniciaron también los juegos del hambre para los creyentes de las dietas. Es común ver en en estos días cómo nuestros contactos de las redes sociales ya empiezan a compartir los ayunos, los retos y varias restricciones como métodos de pérdida de peso.
Si este año en cambio decidiste no empezarlo con una dieta, vas por buen camino. Y si estás aún más curiosa de entender la alimentación intuitiva este post es para ti. Aquí encontrarás 5 recomendaciones que tú misma puedes hacer para proteger tu salud mental ante esa presión latente de recurrir a las dietas para intentar un cambio físico.
1. Ten un diálogo interno
En los momentos en que te sientes seducida por la cultura de la dieta, intenta practicar la auto compasión, en lugar de reprenderte. Recuerda que has pasado años, probablemente décadas, participando en dietas y charlas sobre dietas, por lo que no es realista pensar que nunca volverás a tener esos pensamientos o comportamientos. En lugar de ello, simplemente trata de darte cuenta cuándo la voz de la cultura de la dieta está tratando de hablar por ti. Agradécele por tratar de ayudarte a mantenerte a salvo (incluso si finalmente no es útil), luego déjala ir suavemente y reconecta con tus valores.
Ten una visión a largo plazo. Si ves que muchas personas que te rodean están logrando resultados en corto tiempo, no pienses que has fracasado. Está comprobado científicamente que el aparente éxito de las dietas no dura en el largo plazo.
A largo plazo, la gran mayoría (alrededor del 95 por ciento o más) de las personas que pierden peso con las dietas lo recuperan todo en 5 años, y hasta 2 de 3 de esas personas terminan recuperando más de lo que perdieron.
Entonces, no es que no tienes «fuerza de voluntad», es que en realidad las dietas no funcionan. No importa en qué dieta, reto, «cambio de estilo de vida», o «plan de bienestar» esté una persona; simplemente, es muy poco probable que ésta sea sostenible o que promueva la salud a largo plazo. De esta manera, usa la conciencia para guiar tus propias decisiones, y tal vez incluso para reunir un poco de compasión por las personas que actualmente están atrapadas en el ciclo de la dieta. No para regodearse, debatir o reventar la burbuja de nadie.
2. Establece límites
Es útil dejar de hablar de las dietas de raíz estableciendo límites con tus colegas, amigos y familiares. Si alguien toca este asunto puedes optar por cambiar de tema, o salir de la habitación. Además, dependiendo de cuan cercano seas de la persona que está hablando de ello, puedes decirle que has sido perjudicada personalmente por la dieta y, de ser el caso, que has luchado con los trastornos alimentarios, y que ahora está tratando de curarte.
El escenario de las reuniones de trabajo que se convierten en charlas sobre dieta es una situación un tanto única y delicada (y absolutamente terrible). Entiendo por qué es posible que sientas que no puede hacer nada en esos momentos, pero incluso allí se puede hacer algo.
Para alejar el tema, puedes decirle al grupo algo como: «Toda esta charla de comida me recuerda que tenemos que planificar la fiesta de cumpleaños de…».
Incluso podrías intentar intervenir con tu propio consejo, como «este año estoy haciendo un desafío anti-dieta para el mes de enero», y luego hablar sobre la alimentación intuitiva y tu proceso de recuperación de la cultura de la dieta. (Probablemente este enfoque sería más recomendable para quienes se sienten relativamente imperturbables frente a los detractores).
3. Date un descanso de las redes
Este mes podría ser un buen momento para hacerlo por muchas razones. Deja de seguir o silencia las cuentas que te generan estrés. Si bien en las redes encuentras mucha información positiva, también puedes estar recibiendo información que promueve los trastornos alimentarios y la insatisfacción corporal, lo que pudiera afectar tu salud mental y la relación que tienes con tus alimentos y con tu cuerpo.
4. Busca apoyo
¿Conoces a alguien que esté abierto al enfoque no dieta o quizás a escuchar más sobre tu experiencia? Si lo conooces trata de compartir ideas al respecto. Pero si no conoces a nadie, puedes intentar unirte a una comunidad en línea. En mi cuenta de instagram, gcucalonnutricionista puedes encontrar siempre contenido y ejercicios de alimentación intuitiva.
También puedes escuchar el podcast Atrévete a Decirlo, ¿De qué tiene hambre tu vida?, Se regalan Dudas, donde encontrarás temas muy interesantes junto a testimonios que te harán reflexionar sobre varios temas.
Tener un repertorio de contenido anti-dieta para llenar su mente es otro aspecto importante de apuntalar el apoyo, de modo que tenga un antídoto para el discurso de la cultura de la dieta siempre que surja.
Intenta anotar las frases que más te gustan o las capturas de pantalla de esos memes o posts con los que te identificas sobre la cultura de la dieta. Esto te servirá para los momentos en que sientas fuerte esa voz de la cultura de la dieta.
5. Es bueno nutrirse
Estar en un estado de privación (incluso involuntariamente) puede prepararte para el ciclo de restricción-atracón o dieta-rebote, y estar en ese ciclo puede hacerte aún más vulnerable a los seductores mensajes de cultura de dieta que te rodean. Por lo tanto, este mes puedes poner un poco de energía extra para asegurarte de que se satisfagan sus necesidades alimentarias, tal vez empacando snacks cuando salgas, agregando variedad y placer a sus comidas y, en general, manteniéndote lo más satisfecha y nutrida posible. Tu cuerpo te lo agradecerá y tu mente se sentirá mucho más estable y capaz de soportar lo que se te presente.
Espero que estos tips te ayuden a darte algunas ideas para combatir la ola de cultura de la dieta este mes. ¡Sé fuerte! No estás sola.
Fuentes: Christy Harrison. (2019). Anti-Diet: Reclaim Your Time, Money, Well-Being, and Happiness Through Intuitive Eating.