Hace unos días, hablando de mi historia de dieta, me topé con videos de Emma Thompson hablando del cuerpo de la mujer y cómo ha sido su paso a través de la industria de la cinematografía. Fue así como llegué a la película Good Luck To You Leo Grande, la reciente película de Thompson.
Tengo que admitir que fui con la idea de que iba a ver una historia sobre una relación amorosa entre una persona mayor con alguien mucho más joven y, en la que también se hablaría de la imagen corporal, pero en realidad terminé encontrando mucho más.
Es una historia que se centra en todo lo relacionado a la intimidad. Una de las películas más positivas para el sexo, solo con 2 personajes basados en diálogos profundiza en muchos aspectos como la imagen corporal, experiencia, el conocimiento de tu pareja, el placer mutuo, la insatisfacción sexual, y mucho más. Good luck to you, Leo Grande explora muchos puntos, pero yo me quiero concentrar en la imagen corporal.
Es evidente que la diferencia de edad es un elemento a denotar en esta película, pero también podemos admirar el propio progreso de Emma Thompson, quien hace una escena desnuda a sus 63 años y, para su crédito, sin ningún “trabajo” en la cara ni en ninguna parte de su anatomía.
He leído que Emma Thompson admite que abordó la preparación para esta escena con cierta inquietud y que tanto los actores y el equipo pasaron tiempo discutiendo qué partes del cuerpo los hacían inseguros y, en un acto de solidaridad, se desnudaron juntos.
La actriz ha hablado apasionadamente sobre la positividad corporal afirmando que es un hecho que “a las mujeres se nos ha lavado el cerebro para que odiemos nuestros cuerpos.” En su propia experiencia ha explicado cómo era desnudarse como Nancy, su personaje: “No puedo pararme así frente a un espejo. Porque si estoy frente a un espejo, me muevo, me pongo algo, me pongo de lado, hago algo. No puedo ser así -todavía- porque es horrible. Y ese es el problema, ¿no?
Con sus palabras Emma me ha hecho reflexionar de la presión y del poco amor que le tenemos a la imagen corporal a cualquier edad y la difícil aceptación de los cambios físicos llegada la madurez en las mujeres. Primero, porque durante muchos años la mujer era concebida para dar únicamente placer a los hombres, sin pensar en el suyo propio. Segundo, porque superada la barrera de los 60 años para una mujer ha supuesto en muchos casos su invisibilidad. Ni qué hablar si una mujer de esa edad entabla una relación amorosa con alguien menor.
¿Qué nos enseña Good Luck to you, Leo Grande?
Hay 2 escenas increíbles en esta película que vale la pena destacar.
- Ver bailar a Leo y Nancy sintiendo sus cuerpos siguiendo apenas el tono de una canción sin conocer los pasos, nos invita a sentir también los nuestros con los ojos cerrados y, a través de ellos vivir su ligereza y conexión con sus propios cuerpos y entre ellos.
- Otra escena hermosa que tienen los personajes es en la que completamente vestidos frente al espejo Leo invita a Nancy a verse. Entonces, ella empieza a describir todo lo que percibe como malo, como la grasa en ciertas en zonas de su cuerpo, el vello en el bigote y la cara, a lo Leo le dice que él teniendo un cuerpo trabajado y tonificado, también es alguien inseguro. Ella quiere taparse, pero él la invita a ver y apreciar la belleza de su cuerpo, así tal cual es, para que empiece a notar lo que menos le disgusta.
A veces tenemos una vocecita en la cabeza que es la que nos dice solo cosas malas y que a ratos se vuelve agotadora y aburrida. Creo que este es un momento clave en el que todas nos reconocemos con Nancy y la falta de vernos sin esa voz que nos habla.
Emma, a propósito de su última película, mencionó en una entrevista un ejercicio interesante para empezar a aceptar nuestros cuerpos. «Intenta pararse frente al espejo y no te muevas. No te muevas. Solo acéptalo, solo acéptalo y no lo juzgues. Eso es lo más difícil que he tenido que hacer. He hecho algo que nunca había hecho como actriz. (…) a las mujeres nos han lavado el cerebro toda la vida. Y todo lo que nos rodea nos recuerda lo imperfectas que somos y lo mal que está todo».
¿Odias tu cuerpo hermosamente imperfecto? ¡Preocúpate menos, baila más y siéntete más!
¿Y qué más podemos hacer? Bailar, perder nuestros cuerpos en el sonido y encontrarnos en el ritmo del puro placer, con demasiada frecuencia subestimado; mover las extremidades al ritmo de la música hasta que los pensamientos se desvanezcan, te duelan los músculos y te encuentres empapado en sudor y alegría.
Espero verme al espejo hoy y bailar. Ojalá tú también lo hagas y empieces a mirarte y a trabajar en aceptarte tal como eres.
¡Gracias Emma por enseñarme tanto estos meses!