Tengo que admitir que veo muy pocas series relacionadas a la alimentación porque la mayoría -por no decir todas- terminan apoyando las restricciones. Pese a ello, decidí ver (Un) Well, la serie documental de Netflix que evalúa temas de salud, y debo decir que esta adopta un enfoque muy poco crítico mientras investiga las ventajas y los peligros del ayuno intermitente como método terapéutico, y siempre prometiendo lo que hacen las dietas: curar, revertir y prevenir.
En esta serie vemos diversas participaciones, entre ellas las de Jeoffrey Woo, el director ejecutivo de la empresa HVMN, quien analiza los puntos de vista tradicionales sobre los horarios de alimentación y afirma que «el estado predeterminado del ser humano NO es comer».
Otra de las participaciones es la del periodista Thomas Stackpole, que reflexiona sobre sus «obsesiones» por la salud.
Además de estos personajes, el fundador de True North Health Center, Alan Goldhamer, cuenta su experiencia sometiendo a pacientes a ayuno durante un período de 5 a 40 días. Él dice no necesitar médicos que controlen este método porque ellos dañarían el proceso.
Aún no sé cuál es su profesión, pero me sorprende ver que las personas paguen por ir a un lugar donde se resbalan las escaleras, mientras otros terminan con síndrome de realimentación. Tal como lo cuenta ante las cámaras Lynae Chambers, que recuerda la muerte de su esposo, quien colapsó y murió por una lesión en la cabeza después de una prolongada experiencia de ayuno en el Tanglewood Wellness Center.
Todas las experiencias que vemos en (Un) Well están relacionadas a testimonios personales favorables, sin embargo hay poca evidencia en relación al efecto a largo plazo físico, emocional y mental que han tenido las personas a las que les han prometido más salud, revertir su obesidad, cáncer o su diabetes.
La voz profesional viene de la dietista registrada Christy Harrison (approach no dieta), quien ofrece fuertes opiniones sobre las consecuencias del ayuno en base a evidencia científica, pero esta no es explotada de la mejor manera.
Finalmente, el documental deja fuera a un mediador confiable, una persona que pueda evaluar ambos lados y profundizar en la historia, además de dejarnos con una opinión sensacionalista acerca del ayuno. Finaliza con las imágenes de felicidad de la señora que se somete a 28 días de ayuno a base de agua y a quien no se le revierte la diabetes o su obesidad, tal como le fue prometido al inicio del documental. Sin embargo, ella no se da cuenta del engaño y termina siendo una historia feliz.
El ayuno extremo y sus consecuencias
Estoy segura de que habrán personas que empezarán a buscar lugares donde podrán practicar este tipo de experimento extremo. Recordemos lo que pasó con What the health, cuando muchos decidieron convertirse en vegetarianos. Es bien conocido lo que Netflix busca cuando hace este tipo de documentales.
Ahora, parece que es el turno del ayuno intermitente. Un caso reciente lo confirma. En Chile, el Colegio de Nutricionistas interpuso una denuncia contra una modelo por promover a través de su cuenta en Instagram – red en la que cuenta con más de 160 mil seguidores- el ayuno extremo por 21 días , sin ningún asidero científico. La influencer Roxana Muñoz promovía un desafío para poder “sanar” su cuerpo y su alma, el cual consistía en 21 días sin ningún tipo de alimento, solo agua y té.
“Cuando una persona que no tiene las competencias para realizar una intervención dietaria, provee una dieta o un plan de alimentación, está haciendo algo que conlleva un gran riesgo para el paciente, pues carece de las competencias para prevenir y tratar los riesgos asociados a los cambios de patrones alimentarios, poniendo en riesgo la salud de las personas”, indicó la titular del Colegio de Nutricionistas, Cecilia Sepúlveda al portal chileno Bio Bio.
Si estás tentado (a) a experimentar con el ayuno intermitente para bajar de peso o si conoces a alguien que lo hace, debes saber que NO existe evidencia científica que compruebe la efectividad de un ayuno prolongado para curar algún tipo de enfermedad.