Quiero empezar diciéndoles que The whale no es un film para ver si tienes un trastorno de conducta alimentaria o un historial de luchas con las dietas y su cultura. Y si esta película te genera incomodidad al empezar a verlo, deja de hacerlo porque las películas no deben crear tensión, estrés, incomodidad o hacerte infeliz.
Puedo hablar desde 2 puntos de vista, de la persona que lucha contra la gordofobia, pero también como alguien que puede apreciar una buena película, dejando a un lado sus creencias y enfocarse en lo que realmente hay en este filme.
Mientras avanza la película, esta da a entender que es sobre una persona gorda, pero realmente va más allá; toca muchos otros temas que van desde la homosexualidad, la depresión, las relaciones familiares, las drogas, hasta la inequidad de acceso a servicios de salud, o incluso la religión, etc. Pero también, The whale es un lindo escenario para empezar a destapar creencias inmersas en nuestra cultura de la dieta. Y quiero recalcar que NO ES NUESTRA CULPA, que la cultura de dieta no nos permita ver la gordofobia o resaltar aspectos distintos en esta película.
No, no lloré y no es porque no sentí pena. Sí la sentí, pero más que tristeza, en ciertos momentos me sentí indignada, pero también en otros realmente disfruté ver actuar a Brendan Fraser después de tantos años.
Aquí, algunas reflexiones que nos deja The Whale:
- Esta película crea discusiones emocionales para todos y fue palpable en una sala de cine llena. Después de que Brendan Fraser volvió a actuar y ganó un Oscar, los comentarios iban en su mayoría hacia lo que comía y cómo se veía. En nuestro medio esta película choca por ver a una persona como Brendan Fraser grande y gordo, porque hay que decirlo así, sin tapujos, hay que poder decir la palabra gordo sin sentirnos avergonzados.
Pero debemos ver que hay efectos que generan este asombro en la película. El hecho de que hay sarcopenia (pérdida de masa muscular y fuerza) en el personaje interpretado por Fraser, sumado a una combinación de música y las reacciones extremas de los personajes que se sorprenden al verlo. En mi opinión, esto llama a la deshumanización de las personas gordas. Pareciera que las imágenes tienen la intención de hacer disgustar al espectador. Las escenas de cuerpos gordos haciendo cosas simples como comer o moverse proporcionan mucho contenido de sorpresa y miedo.
- Los cuerpos gordos no están aquí para ser un espectáculo. No están para que nos quedemos boquiabiertos mirándolos. No existen únicamente para inspirar a otros de lo que no deben ser, insinuando que lo que les pasa a las personas gordas es su culpa y su “descuido”. Las personas gordas son todos seres humanos individuales, complejos y dinámicos.
- Para mí hubo 3 escenas muy chocantes: el dolor de una hija dolida demostrando que está deprimida, la escena en la que el protagonista no prende la cámara por no mostrarse a sus alumnos, y la escena del atracón final. El dolor que Brendan Fraser emana es real y reconocí episodios que mis pacientes relatan en consulta, y a su vez el dolor y la angustia que estos dejan como huella.
- En teoría, estamos destinados a sentir lástima por un personaje como él o al menos tener simpatía por su situación física y psicológica al final de la película. Pero en realidad, el ambiente general es de fascinación morbosa por el tamaño de este hombre. Y por eso nos desgarramos cuando lo vemos derribando una mesa auxiliar mientras lucha por levantarse del sofá, metiéndose barras de chocolate en la boca mientras busca en Google «insuficiencia cardíaca congestiva».
En los momentos más desesperados y de pánico del protagonista, él se tranquiliza leyendo o recitando el amado ensayo de su hija sobre Moby Dick, que, en parte, le da el título a la película y adquiere una importancia cada vez mayor. “Piensa que su vida será mejor si puede matar a esta ballena, pero en realidad, no lo ayudará en absoluto”, entona en un simbolismo dolorosamente obvio. «Este libro me hizo pensar en mi propia vida», agrega, como si no pudiéramos resolverlo por nosotros mismos.
No quiero dejarlos con un mensaje de que el filme es gordofóbico y que solo me estoy quejando. Realmente sentí mucho cariño al poder ver cómo Brendan Fraser pudo volver al cine siendo un genio, me conmovió mucho su manejo del personaje. Sí rescato el hecho de que podamos ver a través de esta película cómo viven las personas con discapacidad, depresiones, etc. y creo que The whale sí es una primera aproximación a ver la situación de otras personas fuera de nuestro espectro. Nos invita también a cuestionarnos cómo la cultura de dieta nos ha dañado y que esto debe parar. Entonces, para mí eso es lo más gratificante.
A los que no la han visto, anímense a verla porque necesitamos más personas que se cuestionen la cultura de dieta, pero de manera compasiva.